No, no es su cumpleaños, ni es su aniversario, ni nada que se le parezca, pero hoy el GordenBlog quería homenajear a una madre que realmente es un ejemplo peronista de amistat, dedicación y amor, sobre todo de amor remiseril y desbocado, libre como el viento.
Haydeé, con tanto amor para dar que no alcanzóle con la supuesta santidad de su hijo, que tomó bajo su cargo a todos aquellos que se quedaron sin ángel, y cuidóle la tumba, porque no se arrepiente de este amor aunque le cueste el corazón, y fue su vida fue su candor, fue su gorila y su licuador, todo eso ha sido, pero ha perdido; por eso conserva aquella dignidad de la derrota, que como dijo el veinteañero, la vitoria non la tiene. Para usted, señora, que tanto bien hace por la patria, vaya este homenaje. Ojalá este pequeño reconocimiento desde este humilde rancho digital sirva para que su hijo el Santurrón deje de decirle vieja de mierda.
El GordenBlog levanta por ustet esta copita de Anís. Salút!
Atte.;
El Gordo - mas güeno de lo que se imaginaban ustedes.
Mire, amigo, el Santo es un tipo serio y concluyente. Y, si le dijo vieja de mierda con enojo y cara de ortis, por algo será. Entonces, lo suyo no cuadra. Cuadraría si hoy fuera el Día de la Vieja de Mierda, pero no lo es. Hoy es Santa Agripina Puta y Martir, patrona de la Cantimplora. ¿Le quedó claro?
Y, ya que Ud. sabe de estas cosas. La mamá del Santo ¿no se estaba por casar con alguien famoso? ¿o era que se había escapado a Las Vegas con el Guillermo Andino?
Pablete: que bello post este, realmente no tiene desperdicio ni de los nucleares ni de los otros. Cuando ví la foto primera, inmediatamente pensé en una remisería, no sé por que motivo, aunque después al leer el comentario del compañero Amperio, a quien le mando un abrazo fraterno, recorde que ésta señora estuvo a punto de casarse con un remisero unos 30 años menor que ella y que el Mauro Viale les iba a regalar la licuadora. Muchas gracias.
¿Vió? ¿Vió que la vieja se cepillaba a un joven? Sepa, amigo Pablete, que desde muy niño he desarrollado una extrañísima habilidad para acordarme de pelotudeces. Ya mi padre lo decía: -Este niño va a llegar lejos con sus pelotudeces, muy lejos...
Amigo Amperio: Le comento que mi padre también solía darme ánimos, entre bife y bife. Me decía "Dale! Seguí con las boludeces! Seguí con las boludeces!" y le hice caso y seguí, seguí y no paré. Y aquí estoy. Hoy mi padre es empresario de la radiofonía cumbianchera y la organización de eventos que de algún modo involucran a la mona gimenez.