Hola chicos! Esta es una historia fresquita del tío gordo! A ver si terminamos el año con tutti! De hecho, a ver si terminamos el año!!
------------ Había una vez un osito singular. Tenía el don de, por rachas, atraer la buena o mala suerte, pero toda junta.
Cierto día, luego de arrastrar unos dolores de cabeza medio locos, el Osito Malapata fué a ver al sabio del bosque, el mandril Juan Carlos Galeno.
Lo saludó, le preguntó como andaba, en fin, todo eso que suelen conversar ositos y mandriles. En cierto punto, el mandril le preguntó al osito qué quería que le trajera papá noel.
"Ahhhh! Me encantaría una pelota"- dijo el osito malapata.
Y el mandril le dijo que ojalá que se le cumpliera el deseo y le trajeran su regalo. Y así se despidieron el Osito Malapata y el Mandril Juan Carlos Galeno.
Días después, llegó la nochebuena. Pero papá noel no aparecía, y el osito se entristeció mucho mucho, porque no tenía la pelota que quería.
No, chicos, no lloren! El osito no se quedó sin regalo!
Dias después, el osito recibió el llamado del Mandril Juan carlos Galeno, que le pedía que fuera inmediatamente, que tenía una sorpresita loca loca.
Así, el osito se dirigió, cantando y sonriente, a visitar al mandril.
"Hola Osito Malapata!"- dijo el mandril, -"Tengo una sorpresa para tí! Hoy me mandó una carta papá noel para vos!"
"En serio? Uhh, rebuenísimo! Que dice?"- preguntó el osete.
"Dice que no se olvidó de tu regalo. Y que ojalá te guste jugar a la bolita, porque te va a mandar una lecherita de 'aproximadamente 1 centímetro de diámetro' y la vas a tener siempre en medio de tu cabecita loca." - dijo el mandril. "Uhh, mirá vos, Juan Carlos. No me lo esperaba. De hecho, siempre pensé que el día que me tocara jugar con algo iba a jugar con una pelota grande, parándola de pecho. Pero nunca imaginé lo de la bolita en la cabeza. Que loco!!" - respondió el Osito.
"Igual, dice que te confirma para reyes, que a veces cuando manda la primer carta se equivoca. Así que no te ilusiones mucho. Pero si puede, te manda la bolita lecherita."
Y así, el osete se retiró, a la espera de que el Mandril Juan Carlos Galeno lo llamara para comentarle como dió la contraprueba de papá noel.
Y mientras volvía a su cueva, pensaba: "Este era el único regalo de navidad que me faltaba. Qué año. Y todavía faltan los reyes, qué lo tiró."
FIN
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Les gustó chicos? Que lindo, no? El tío Gordo siempre con las historias de vida que les enseñan y entretienen! Nunca una caperucita, una blancanieves... No señor! El tío Gordo es sacic, sacic de rico, sacic de rendidor. Quien tenga oídos, que se los limpie y escuche!; y el que no tenga, bueno, que pinte girasoles.
Bueno, chicos, ahora me despido hasta la próxima, si hay, muuuuy pero muy contento de que hayan aprendido la moraleja de esta historia: "No importa lo que hagas en la vida o lo que trates de hacer, o cómo trates de comportarte, tarde o temprano papá noel te va a cagar sin preguntarte si fiste buenito o malito."
